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❞alquds.news│ Una exhaustiva investigación del periódico británico The Guardian ha descubierto pruebas documentadas que muestran el uso por parte del ejército israelí de municiones de racimo prohibidas internacionalmente durante su reciente guerra en Líbano, la primera prueba de este tipo desde la guerra de 2006.
Según el periódico, fotografías exclusivas verificadas académicamente y en el terreno mostraron los restos de dos tipos diferentes de municiones de racimo israelíes, que se encontraron en tres lugares al sur del río Litani, en valles boscosos como Wadi Zabqin, Wadi Burghes y Wadi Deir Syrian.
Seis expertos en armamento examinaron las imágenes, entre ellos Brian Kastner, jefe de investigación de crisis en Amnistía Internacional, y Jenzen Jones, director de Servicios de Investigación de Armamento, para confirmar que los proyectiles pertenecían a municiones de racimo fabricadas por empresas israelíes.
Los expertos también identificaron uno de los dos tipos como el misil Barak Eitan (M999) de 155 mm producido por Elbit Systems, mientras que el segundo tipo fue clasificado como munición guiada Ram Eitan de 227 mm, sin poder determinar el modelo completo debido a la escasez de información disponible sobre él.
Según The Guardian, esta es la primera documentación del uso por parte de Israel de dos nuevos tipos de municiones de racimo, así como la primera evidencia de su uso de estas armas en casi dos décadas.
Munición prohibida de alto riesgo
Las bombas de racimo son contenedores que explotan en el aire y disparan decenas de pequeñas bombas en un área amplia, equivalente a varios campos de fútbol. El peligro radica en que alrededor del 40 por ciento de las subbombas no explotan de inmediato, convirtiéndose en minas mortales que amenazan a los civiles durante años.
Aunque Israel no es parte de la Convención sobre la Prohibición de las Bombas de Racimo, el uso de estas municiones plantea serias dudas sobre el respeto a las normas del derecho internacional humanitario, dada su naturaleza indiscriminada y sus efectos a largo plazo.
Víctimas humanas y destrucción generalizada
La guerra de Israel contra el Líbano desde octubre de 2023 contra Hezbolá ha dejado unos 4.000 libaneses muertos y casi 120 israelíes muertos, mientras que el sur del Líbano ha quedado en gran parte devastado y las redadas diarias continúan a pesar del alto el fuego.
Líbano ya sufre los restos de la guerra de 2006, con miles de artefactos sin detonar que siguen representando una amenaza continua para la población, en medio de advertencias de que las tasas reales de fracaso son mucho más altas de lo que Israel afirma.
En 2006, Tel Aviv reportó una tasa de fallo del 0,06 por ciento para las municiones M85, mientras que investigaciones posteriores mostraron que se acercaba al 10 por ciento.
"No hay forma de usar municiones de racimo sin causar daños graves a civiles", dijeron grupos de derechos humanos al periódico, argumentando que su uso en zonas pobladas supone una grave violación de los estándares humanitarios internacionales.
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