Año:9 Nº:1490
26 Rabi’ Al-Awal 1447 H 18/09/25
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El avance de la ocupacion con sus colonos ilegales sobre Al-Quds




alquds.news│El Instituto de Estudios Palestinos, en un artículo de investigación publicado por etitulado "El derecho de los colonos y las estrategias para la compra de bienes inmuebles palestinos en Al Quds Jerusalén", destaca las dimensiones históricas, políticas, legales y religiosas del fenómeno de la adquisición de bienes inmuebles palestinos por parte de asociaciones de colonos apoyadas por el Estado hebreo.

El artículo enfatiza que lo que está sucediendo en Al Quds Jerusalén no es simplemente una serie de compras aisladas, sino más bien un proyecto sistemático que refleja la esencia del derecho de los colonos, que busca remodelar la identidad de la ciudad e imponer nuevas realidades a expensas de sus habitantes indígenas.

ascenso ideológico

Desde la ocupación de Al Quds Jerusalén Este en 1967, el sionismo religioso se ha convertido en una fuerza central que impulsa el asentamiento en la ciudad, considerando la victoria militar de aquel entonces como el cumplimiento de la "profecía de salvación". Esta dimensión religiosa encubrió los esfuerzos de judaización liderados por movimientos como Gush Emunim, fundado en 1974, que declaró el asentamiento como una misión divina de la que no se permitía retirarse.

De las entrañas de este movimiento surgieron asociaciones como Ateret Cohanim (1978) y Elad (1986), dedicadas a la confiscación de propiedades palestinas en el corazón de Jerusalén, en particular la Ciudad Vieja y el barrio de Silwan. Con el tiempo, estas asociaciones se transformaron en brazos ejecutivos del proyecto oficial de asentamiento, con el apoyo de los ministerios israelíes y la municipalidad de ocupación, basándose en leyes como la Ley de Bienes Ausentes de 1950 y la Ley de Asuntos Administrativos de 1970.

Comité Klugman

Con el tiempo, estas asociaciones se convirtieron en brazos ejecutivos del proyecto de asentamiento oficial y recibieron un amplio apoyo del Ministerio de Vivienda y de la municipalidad de ocupación en Jerusalén, además de la cobertura legal proporcionada por la Ley de Propiedad de Ausentes y otras leyes.

A pesar de la disolución de Gush Emunim, las nuevas asociaciones siguieron siendo una extensión de ésta en una forma más institucional y organizada, apoyadas por estrechos vínculos con figuras políticas del movimiento sionista religioso dentro de los sucesivos gobiernos israelíes.

El artículo explica que, bajo la presión de las críticas internacionales a principios de la década de 1990, el gobierno de Yitzhak Rabin formó la Comisión Klugman en 1992 para investigar las transferencias de bienes raíces en Jerusalén Este. La comisión reveló un peligroso nivel de colusión entre las instituciones estatales y las asociaciones de colonos en Jerusalén Este. Esta colusión, que trascendió el apoyo temporal y se convirtió en un pilar permanente que regula y legitima las adquisiciones de bienes raíces, no se limitó a la Comisión Klugman.

Este pilar se basa en la Ley de Bienes Ausentes de 1950, principal instrumento para controlar la propiedad palestina en Jerusalén. Se complementa con la Ley de Asuntos Administrativos y Jurídicos de 1970, aplicable únicamente a Jerusalén Oriental, que estipula el derecho de los judíos a reclamar las propiedades que poseían antes de 1948.

El comité estableció que decenas de propiedades fueron transferidas ilegalmente a las asociaciones Elad y Ateret Cohanim, con el apoyo directo del entonces ministro de Vivienda, Ariel Sharon. También reveló que más de 23 millones de NIS de fondos públicos se destinaron a apoyar a los colonos, incluyendo la restauración de los edificios confiscados.

A pesar de las recomendaciones de abrir una investigación penal, el caso se cerró gradualmente tras el asesinato de Rabin y la llegada al poder de Netanyahu. Esto confirmó que la relación entre el Estado y las ONG es estructural, no incidental. El Estado proporciona apoyo financiero, legal y político, mientras que las ONG se encargan de la implementación sobre el terreno.

Grupos de colonos activos

El documento del Instituto de Estudios Palestinos se centra en las asociaciones de asentamiento que desempeñan papeles esenciales:

Asociación Elad: Fundada en 1986 bajo la dirección de David Be'eri, Elad opera en el barrio de Silwan, utilizando excavaciones y arqueología para construir una narrativa bíblica que reivindica la propiedad judía exclusiva del sitio. Los objetivos de la asociación, como se indica en su documento oficial, son fortalecer la relación entre el pueblo judío y la ciudad de Jerusalén en general, y la Ciudad de David en particular. También busca destacar la "historia bíblica imaginaria" asociada a la Ciudad de David, utilizando los descubrimientos arqueológicos para establecer los derechos judíos sobre el sitio y su herencia, presentando una imagen histórica distorsionada a visitantes y turistas.
Ateret Cohanim: Fundada en 1978 bajo el liderazgo de Matityahu Dan, su misión es promover y fortalecer el asentamiento judío en Jerusalén, específicamente en la Ciudad Vieja y sus alrededores. Su fundación se produjo tras los Acuerdos de Camp David, que generaron tensión y ansiedad entre los colonos tras la retirada del Sinaí. Esto impulsó a Dan a organizar una serie de conferencias sobre el Templo de Jerusalén.
Otras organizaciones , como Yesha, Shovubanim y Young Israel, también contribuyen a la compra y transferencia de bienes raíces, principalmente a través de redes financieras externas. Asimismo, trabajan para establecer asentamientos en barrios palestinos de Jerusalén Este, en particular en la Ciudad Vieja, Silwan, Sheikh Jarrah, At-Tur, As-Suwaneh, Ras al-Amud y otros lugares.
A través de esta red, el asentamiento se convierte en un sistema integrado en el que la ideología se entrelaza con el apoyo gubernamental y la financiación internacional, lo que refleja la naturaleza compleja del proyecto de judaización.

La ingeniería oculta del control inmobiliario

El artículo examina una serie de estrategias utilizadas por las asociaciones para controlar el patrimonio inmobiliario palestino, entre ellas: la incitación financiera con ofertas que superan el valor del mercado, la falsificación mediante contratos de venta ficticios o firmas falsas, empresas fantasma para ocultar al verdadero beneficiario y la infiltración social mediante la explotación de las dificultades de las familias afectadas.

Entre los métodos descritos en el documento se encuentran disfraces y agentes que se presentan con afiliaciones religiosas o sociales para engañar a los propietarios, confianza en intermediarios locales a cambio de grandes sumas o garantías especiales, presión psicológica mediante acoso diario para obligar a las familias a irse y explotación de lagunas legales, como las leyes de construcción y demolición específicas de la Jerusalén Oriental ocupada.

Estos métodos, según el documento, representan una “ingeniería oculta” basada en lo que llama violencia legal, por la cual los palestinos están atrapados entre la pobreza, la presión psicológica y la amenaza legal constante.

expansión de asentamientos

El trabajo de investigación explica que, tras la adquisición de una propiedad, la actividad no se detiene ahí. Más bien, comienza una nueva fase de expansión gradual de los asentamientos. Tras la compra de una vivienda o edificio, se imponen estrictas medidas de seguridad, incluyendo la instalación de cámaras de vigilancia y guardias armados. La vivienda se transforma en un punto focal para la expansión hacia las propiedades vecinas, creando un ambiente agobiante para los palestinos que hace casi imposible su permanencia.

Se estima que desde 1967 se han confiscado más de 80 propiedades sólo en la Ciudad Vieja de Jerusalén. En el barrio de Silwan, donde viven unos 60.000 palestinos, los colonos se han apropiado de docenas de casas gracias a los esfuerzos de la Asociación Elad, mientras que unos 3.000 colonos viven en barrios palestinos.

El documento señala que esta realidad crea un entorno agobiante para los palestinos, que viven entre muros de vigilancia, bajo la amenaza del desalojo o el acoso constante. La vida cotidiana se convierte en una lucha por la supervivencia, impregnada de una constante sensación de asedio psicológico y físico.

Recomendaciones

Para contrarrestar estas políticas, el documento recomienda fortalecer la resiliencia civil, apoyar a los comités locales y centros comunitarios, establecer una base de datos unificada sobre la propiedad y monitorear el fraude, garantizar la rendición de cuentas internacional a través de la Cuarta Convención de Ginebra y las resoluciones del Consejo de Seguridad, y desarrollar una estrategia mediática integral para exponer las tácticas de las organizaciones de colonos y presentar la narrativa palestina al mundo.

El documento, "El derecho de los colonos y las estrategias para la adquisición de bienes inmuebles palestinos en Jerusalén", enfatiza que la actividad de las asociaciones de colonos no es un detalle marginal, sino una parte esencial del proyecto israelí destinado a reconfigurar la identidad demográfica y política de Jerusalén. Este proyecto combina la religión, el dinero y la ley, y practica una forma de "violencia silenciosa" que equivale en efecto a la violencia militar directa.

Ella dice que, en ausencia de una intervención árabe e internacional decisiva, la atención sigue centrada en las iniciativas locales para documentar las violaciones y exponer las redes de financiación, como parte de una batalla a largo plazo por la tierra, la narrativa y la identidad palestina en Jerusalén.
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